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"Descansa en paz querido Padre Jorge"




Por Marcelo Leguizamón (*) @chubyleguizamon.- Hoy nos toca despedir al Argentino más importante de la historia.

Un Papa simple, sencillo. 

Comprometido con los más humildes y desposeídos.

Recuerdo ese 13 de marzo de 2013.

Me emocioné hasta las lágrimas.

Estaba feliz.

Bergoglio Papa.

El obispo que se enfrentaba al poder en Buenos Aires, llegaba a Roma.

Durante años hubo muchas cosas que no entendía. Me enojaba.

Fotos, sonrisas, cara seria, regalo de rosarios, nombramientos en el Vaticano. 

Y me enojaba más.

Soñaba con ver al Papa en Argentina. 

Mi Papa argentino.

Y no. Tu decisión era no venir. 

Quizá tu país no te cuidó, no te entendió, ni te valoró como teníamos que hacerlo. 

Cuando te eligieron, mientras el mundo te veneraba, en Tecnópolis quienes gobernaban en ese momento te silbaban.

Y pusiste la otra mejilla.
 
Y los recibías, cosa que enojaba a la otra parte del país, en esa grieta permanente de nuestro país.

Cuando cambió el gobierno también los recibías, pero ponías cara de enojado. 

Si, todos nos convertimos en expertos de análisis de caras, gestos y posturas.

Y arrancó una campaña de Iglesia y Estado asunto separado. 

Si, en el país del Papa, comenzaba una campaña de desprestigio hacia la Iglesia Católica. 

La mayoría hoy sin saber que el aporte que hace la Iglesia es infinitamente mayor al que recibía del Estado. 

Y ahí diste la orden de que los obispos renunciaran a las migajas que percibían como sueldo (solo eso es lo que aportaba el Estado a la Iglesia).
 
Y cambió nuevamente el gobierno y se aprobó el aborto.

Un tiro en el medio del corazón.

Todos esos que iban y van al primer banco de la Iglesia y después militaban el pañuelo verde eran los mismos que iban a Roma a sacarse una foto.

Desde acá todos analizábamos tu cara y tus gestos. Y esa cara, era una cara triste.

Sonriendo o enojado. Pero entregado, con mucha tristeza.

Tu preocupación por la pobreza.

Por ver a los pibes de tu Patria sin un plato de comida.

Mucho tiempo después y hablando con un párroco amigo le conté todo lo enojado que estaba con vos. 

Le puse el ejemplo de los rosarios que mandabas a gente de dudosa reputación.

Su respuesta fue: en Mateo 9:12 Jesús afirma que "no son los sanos los que necesitan médico, sino los enfermos".

Muchos no nos dimos cuenta que ese 13 de marzo habías dejado de ser nuestro cardenal primado, para ser el Papa de todo el mundo. 

Quizá tu forma de cuidar tu país y no seguir agrandando la grieta fue no venir. 

Seguramente muchos de los responsables de la cultura de la muerte en la Argentina hoy, con mucha hipocresía, te recuerden en sus redes.

Ese momento, estoy seguro, fue donde te hirieron de muerte.

Hoy nos dejás una Iglesia de puertas abiertas para todos, que ve la humanidad con misericordia. Cercana, que escucha y dialoga.

Descansa en paz querido Padre Jorge.

(*) Creyente. Militante católico. Dirigente peronista platense en el PRO. Senador provincial por Juntos por el Cambio en el Bloque PRO:

Nota publicada en la red X el 21 de abril de 2025.